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Buenos Aires está en la bifurcación de la Panamericana que va a Bogotá y el cruce que nos lleva a Payandé -corregimiento de San Luis- y a otros municipios del Tolima. Y no es que propiamente el sentido de estas dos palabras signifiquen lo mismo que la academia española de la lengua nos dice. Pueda que tal vez antes de 1.953 lo fuera, ya sea porque el cambio climático o el desarrollo urbano no era tan desaforado.
"Un cruce de vientos" que debió quedar en el imaginario colectivo que hizo que así se llamara este corregimiento de Ibagué. Cuando se inició con la explotación de la caliza de esta región para producir cemento, y que durante años conocimos como "Cementos Diamante" muchos tolimenses creyeron que sería el inicio del anhelado desarrollo industrial. Y aunque se hable de progreso para la región la polución de esta zona ha desmejorado la calidad de vida de los vecinos, que incluso en ese reordenamiento global de las multinacionales, quedó bajo la égida de la multinacional mexicana CEMEX. Vale recordar que en la década de los 70 del siglo pasado muchos de los trabajadores que terminaron sus contratos con la antigua empresa, supusieron que hubieran quedado bien pagos al renunciar a los derechos pensionales que tenían, sin que se supiera del daño físico que les pudo pasar en sus organismos. Por lo menos conocí a uno de sus trabajadores que no pudo disfrutar de lo conseguido por que murió con los alvéolos rígidos de sus bronquios debido al cemento que durante años transpiró, y que con el traslado de la fábrica más cerca a Payandé está ocasionando un mayor deterioro a la naturaleza y la vida de la región, a pesar que sus dueños han informado de la alta tecnología con que se procesa ahora la caliza. Aunque puede ser que ahora con los adelantos científicos, la seguridad industrial de los trabajadores se haga más segura para el futuro de sus vidas, y la empresa cuente con esas adquisiciones de seguridad industrial, lo demás ya se sabe a cuenta de las redes sociales y los noticieros del Tolima y de Colombia.
En todo este transcurso Buenos Aires ha continuado siendo un punto de encuentro donde fluyen los habitantes de las regiones cercanas de esta fábrica y las poblaciones vecinas, y donde los fines de semana aquí en estos pocas casetas comerciales todo mundo pasa. También de chóferes de las mulas que transportan mercancías y que a diario se ven en un ir y venir desde muchas partes de Colombia, y que aquí pueden descansar.
Los vídeos que a continuación verán son producto de esta corta visita de otra que el autor hizo de joven convencido que por tanta afluencia florecía un pueblo, y que con los años solo quedan los recuerdos. Recién bajado del bus que me transportaba procedí a tomar el primer vídeo, pero inmediatamente un agente del orden que salió de la estación de policía desde el otro lado de la carretera me gritaba en tono como ofuscado:
-¿Qué hace tomando vídeos?
-Los publico por Youtube, le dije.
-¿En qué trabaja?
-Vendo mercancía, le respondí apesadumbrado.
-Muéstreme a ver qué es lo que lleva en la maleta.
Cuando decidí mostrarle las facturas de lo que llevaba, terminó por decirme:
-Es prohibido tomar fotos a una estación de policía.
Algo que ni me había dado cuenta, pues acababa de bajar del bus.
Y yo, dándole las gracias, y sin que hubiera revisado a ver qué llevaba, se alejó hacia el lugar de donde había salido.
Lo único que cabe pensar es que desde antes de ir, alguien sabía que iba hacia allá en una ciudad que en apariencia es muy apacible como para ir a ver las famosas Cascadas de Payandé, ya que antes había ido a tomar un vídeo sobre el peaje que hay recién
remodelado, y que al final lo publico.