En el tiempo del coronavirus 19


Compre el libro virtual de Ibagué y su gente del Tolima y otros, haciendo clic en este mensaje de texto.


El brote del corona virus contra el cual los seres humanos no tenemos las suficientes defensas biológicas para protegernos y  que ha ocasionado miles de muertes  comparables no en cuanto al número de sus víctimas, sino a la velocidad de su propagación que de no contenerse se cree que el 80 % de la población mundial  podría sufrir de la infección sin contar con los millones de personas que morirían, y mucho más de lo que la peste negra produjo en el siglo XIV donde 25 millones de personas murieron en el continente europeo,  el norte de Africa y  Asia;  pandemia que es la peor que hemos vivido hasta el momento desde esa época. Una peste que diezmó a la población europea cuando la medicina y la ciencia no estaban igual de avanzadas como las que hoy tenemos, y que se parece a lo que nos narran las películas de ciencia ficción donde los humanos libran su lucha contra las plagas producidas por extraterrestres contra los humanos, o las de las guerras bacteriológicas que han promovido las grandes potencias que así pretenden dominar el mundo estudiando virus y bacterias en sus laboratorios que les sirva de armas letales  en un posible enfrentamiento contra sus competidores por la repartición del mundo con sus influencias ideológicas y económicas para lograr sus propósitos de dominación, lo mismo que sucedió en la guerra fría que hubo por la supremacía armamentista entre los países de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y de occidente que lo conformaban Europa, Estados Unidos y algunos países asiáticos , y porqué no, muy parecido con lo que hicieron los gringos en su fracasada guerra en Vietnam con el Napalm que sin ser una guerra bacteriológica, su uso fue una de las armas más letales  para combatir a las guerrillas del Vietcong. O más bien digamos que esta pandemia sin ser la misma, se parece a las enfermedades que como la viruela, el sarampión y otras contagiosas, fuera de la guerra genocida que los conquistadores impusieron en América  contra los indígenas, estas infecciones contra las cuales no tenían defensas devastaron a millones de sus pobladores. Estamos pues, ante una pandemia que amenaza la sobrevivencia de la especie humana, la misma que ha estado destruyendo el medio ambiente y que por el manejo irresponsable del desarrollo tecnológico y científico  están causando  destrucción y muerte de la vida salvaje, la expoliación de nuestros recursos renovables con la tala de los grandes bosques y de la selva amazónica que es la mayor fuente del oxígeno para los humanos y la existencia de toda forma de vida sobre la tierra. Un virus contra el cual no existe vacuna, sino prevenciones de carácter social y personal en que el aislamiento y los tapabocas, más los lavados permanentes de las manos con jabón y agua dictados por nuestros gobernantes, son los  únicas formas con  que contamos para protegernos. Algo a los que muchos no estábamos acostumbrados, pero que los predecesores de los científicos actuales, lo descubrieron y lo  hicieron para controlar los brotes de pestes y epidemias que han asolado al hombre en el transcurso de la historia. Un virus que a diferencia de las bacterias no se puede combatir con antibióticos ni medicamentos conocidos sí estamos bajos en defensas de anticuerpos, o tenemos alguna enfermedad mortal como el cáncer, ser portadores del VIH o alguna enfermedad de carácter morbido que ha obligado a los gobiernos a decretar cuarentenas obligatorias de aislamientos sociales de millones de personas, y por consiguiente han conllevado a que todas las actividades de los medios de producción económicas se hayan paralizado con el cese temporal de brazos caídos que está ocasionando mayor pobreza y hambruna en los más necesitados. El brote del corona virus y sus consecuencias sociales todavía son imprevisibles porque a pesar del alto desarrollo científico y tecnológico, un virus que como este amenaza la sobrevivencia de millones de personas si no se logra contener o aislar con las medidas hasta ahora adoptadas por los diferentes gobiernos del mundo. Si el virus no nos mata, el hambre y la miseria serán el caldo de cultivo de conflictos sociales peores o parecidos a las consecuencias mortales de la misma epidemia.

Aunque no sabemos cuánto pueda durar esta pandemia,  ya estamos afectados por los muertos que está dejando con sus secuelas de hambre y de miseria. Y aunque según  el gobierno y demás autoridades dicen que con sus ayudas económicas y otras asistencias sanitarias están paliando la emergencia sanitaria por el Covid 19, la realidad es imprevisible por la situación a que podemos llegar si los contagios aumentan lo mismo que la necesidades de conseguir la comida de la gente para sobrevivir. Solo el tiempo lo dirá, sin querer decir que lo hecho con las medidas de los protocolos no hayan servido.

Mientras tanto tendremos que  convivir con el virus con todas las recomendaciones dadas por los expertos con sus protocolos sociales de aislamiento. No nos queda más remedio mientras llega la vacuna, o los otros tratamientos que los médicos nos dicen son efectivos sin que se desborden los hospitales especializados para la asistencia de los afectados por el virus. Ojalá que la gran mayoría logremos sobrevivir a esta epidemia y al desastre económico y de pobreza en que estamos la gran mayoría de la población colombiana. Lo mismo que acontece con el resto del mundo porque a los pobres es a los que más nos afecta. Hasta con el número de los muertos.

Compre el libro virtual de Ibagué y su gente del Tolima y otros, haciendo clic en este mensaje de texto.