La primera versión del Festival Folclórico Colombiano se dio en junio de 1959 en Ibagué, en un esfuerzo por resaltar la identidad cultural de la zona y como una manifestación de las tradiciones culturales autóctonas del departamento. Este festival fue seguido por Neiva, que también adoptó la celebración con su propio Festival Folclórico, Reinado Nacional del Bambuco y Muestra Internacional del Folclor. Por lo tanto, las primeras celebraciones de estas festividades de junio se realizaron en Ibagué, Tolima, con el fin de incentivar la paz en medio de la incertidumbre que representaba las muertes violentas entre liberales y conservadores propiciados por los enfrentamientos que se dieron con Mariano Ospina Pérez y las huestes liberales que con la muerte de Gaitán generaron la violencia en el Tolima que fue la que más sufrió en su momento con la acometida del gobierno de Guillermo Valencia y su propuesta de arrasar la famosas Repúblicas Independientes que olvidando las banderas liberales abrazaron la causa socialista encabezada por los comunistas. En fin ante la ola de protestas los que motivaron el folclor en el Tolima lo hicieron con el ánimo de dar paz y tranquilidad a una región que la necesitaba cuando todavía en el país decir que era tolimense o huilense se les decía que eran chusmeros en un estigma con el que todos los nacidos en estos territorios, lo eran; y tal vez por esa antigua marca que tuvieron los pijaos en su momento en la época de la colonización. Los dirigentes que en esos momentos tenían la influencia en los sectores populares, entendieron la necesidad de promover la paz mediante la organización de un folclor que trajera alegría y unidad a la población que vio así que los sentimientos de frustración inundaban de alegría propiciadas por Adriano Tribín Piedrahita, los dirigentes del consejo municipal de Ibagué, y otros tantos dirigente que irradiaron en los departamento antes dichos, Parga Cortés, y el gobernador del Tolima en ese momento era Darío Echandía ,buscaron el aval de la presidencia para sortear las dificultades, y dar al traste con los sentimientos de odio entre hermanos, y darse un abrazo por la paz con la celebración de estas festividades que estaban muy arraigadas en el Tolima y el Huila con las celebraciones que se hacían en esta época en las noches del San Juan que fueron los baluartes de dichos eventos en casi todos los municipios que componían estas regiones, a los que se le agregó la celebración de los días de San Pedro y San Pablo.
El Festival Folclórico Colombiano es una celebración rica en tradiciones y mitología que refleja la diversidad cultural de Colombia. La mitología se manifiesta a través de la representación de mitos y leyendas que han pasado de generación en generación, manteniendo viva la identidad cultural. Personajes mitológicos y figuras legendarias cobran vida en los desfiles y presentaciones, donde se narran historias que forman parte del folclor colombiano, Los festivales de junio en el Tolima, conocidos como las Fiestas de San Juan y San Pedro, tienen un origen que se remonta a las tradiciones del Tolima Grande, festividades que se celebran con gran entusiasmo en Ibagué y Neiva, destacando la cultura y las tradiciones de la región con bambucos, mitología, comidas, bailes y trajes típicos campesinos, El Festival Folclórico Colombiano es una celebración rica en tradiciones y mitología que refleja la diversidad cultural de Colombia y cuyo origen de estas fiestas se asocia con la necesidad de crear un espacio de celebración y espíritu festivo en respuesta a los tiempos de violencia que afectaron al Tolima. Fue así como se propusieron en una fiesta del espíritu para disminuir el baño de sangre en la región, dando lugar a las fiestas del retorno en los municipios más afectados por el conflicto armado.
En cuanto a los trajes típicos, estos son una expresión vibrante de la cultura y el espíritu del Tolima. Los hombres suelen vestir pantalones de lino y camisas blancas o de colores cálidos, complementados con un sombrero y una pañoleta. Las mujeres resplandecen con blusas escotadas y faldas amplias de colores vivos, estampadas con cuadros y decoradas con apliques y cintas, reflejando la belleza y la alegría del festival. Los trajes multicolores y las danzas capturan la atención de todos, ya que son parte esencial de la identidad de los ibaguereños y de los amantes del folclor colombiano. Las carrozas divertidas que recorren las calles durante los desfiles son otro elemento clave, repartiendo alegría y color en cada esquina. Este festival no solo celebra la música y la danza, sino que también es un símbolo de vida, color, alegría y esperanza, reflejando la esencia de la comunidad y su capacidad de superar tiempos difíciles a través de la expresión cultural.
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