Sea cual sea nuestra historia, y a pesar que muchos creamos que la leyenda que hubo en la disputa entre los hijos del cacique Combeima, debido a que mientras Ibagué abrazó los ideales de la cultura y gobierno españoles, al casarse con una descendiente gitana llamada Osiris, y que cambiado su nombre por el de Baltazar; ofendió a su hermano, que fue desmerecido por su padre para que fuese él, el que dirigiera a la confederación de los Pijaos. En venganza por esa actitud secuestró a su hijo que estaba muy niño, y después de matarlo le dejó sus huesos roídos cerca de la choza donde habitaba, lo que hicieron que cobrara venganza contra él, y lo matara en medio de una lucha enconada, en que los españoles fueron los que al final lograron su cometido, que no era más que el de dividirlos y colonizarlos muy al estilo de lo que Maquiavelo daba como consejo en "El Príncipe" a Lorenzo de Medici II, "El Magnifico" para unificar a la Italia de su tiempo.
Aunque esto no hace parte más que de un mito, porque según parece en la realidad el cacique Calarcá fue muerto a manos de un escopetazo de un español llamado Diego Ospina, cuando con Cocura, Coyara y 40 de sus hombre trataron de tomar el fuerte español Maite en la Pascua de 1.607 en esas luchas cruentas en que los colonizadores se aprovecharon de las rivalidades indígenas, incluyendo dentro de sus filas a Coyaimas y Natagaimas a cambio de respetar sus resguardo, mujeres e hijos, y por el hecho de ser el fruto de una cultura de la convivencia que tuvieron bajo la dominación de los moros durante 800 años, que los hicieron participes del mestizaje con los indígenas y los negros traídos como esclavos del Africa, a diferencia de lo que sucedió con la colonización de los ingleses y demás paises eurpeos en norteamerica, que hicieron el semillero de lo que hoy es nuestro país, con todas estas leyendas, así algunas no fueran ciertas, si no la consecuencia del proceso de colonización en las que algunos autores, en parte justifican la muerte del uno, a manos del otro sin ser cierto, pues hay que reconstruir y hacer una historia que reconozca el papel que jugaron por la defensa de sus pueblos originarios que son también parte de nuestra idiosincracia, para así reconciliarnos con lo que somos, también como herederos de dichas culturas ancestrales, incluyendo a las del Africa.
Abajo un vídeo de calles que el autor recuerda de niño, que ahora no se parecen en nada a las de antes, porque la modernidad también ha llegado a esta zona de la ciudad, y a este barrio que es el de "La Pola", por ser parte de esta meseta habitada por indígenas y luego por los españoles que se asentaron en esta ciudad.
