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| Capilla de Santa Marta y el hospital del Espinal |
Desde los tiempos en que sabemos que el "Espinal" existe como región geográfica a los oriundos se les dice "Pelachivas". Era normal que este termino se usara y que incluso ellos mismos ni se enojaran, y lo tomaran en son de broma. Sus chistes y su manera de ver la vida los hacía tan jocosos que en esos maximalismos de sus virtudes estaban los de ser buenos amantes, y que haciendo gala de ello se jactaban de los muchos hijos que tenían, sin olvidar que como buenos tolimenses su don para tratar a las gentes, hacen que todo aquel que llegue gozara de su amistad y su buena hospitalidad, fuera que la comida típica de la lechona, los tamales, y el encanto de sus mujeres en los festivales de San Pedro y San Juan, hagan que muchos de los turistas regresen.
El mote de "Pelachivas" tal vez se deba a esas costumbres que tenían los Pijaos en la época de la colonia que era la de robarles sus chivas a los conquistadores cada vez que podían, mientras les dejaban solamente el cuero. O también haciendo gala de esa cualidad de tener muchos hijos era porque la leche de cabra les daba esa cualidad. Ya sea por lo uno o por lo otro, el hecho es que a los oriundos del segundo municipio del Tolima, se les llame así porque la cultura popular que va de boca en boca, y sus ancestros seguramente influyeron para que se les conozca con este mote a los oriundos, o a sus habitantes que ahora son muchos.
Estas fotos que fueron tomadas en esas calles que antes eran una planicie adonde los cultivos de arroz, ajonjolí, y algodón en que durante todos estos años se han convertido en calles y calles con un comercio próspero adonde antes era una población pequeña, que giraba en torno de la entrada y salida de la carretera Panamericana (la Cra. 4a) entrando desde Ibagué por donde hoy está "la Tambora" que además sintetiza el de ser fabricantes con la piel de cabra de este instrumento musical, adonde confluyen la carretera que va para el Huila y Bogotá, y que finalizaba en el antiguo terminal de transporte.
Hoy el terminal está alejado de la ciudad, mientras se ve que las calles y las casas van creciendo en desmedro de las hectáreas de cultivos, pero que hacen que incluso otra ciudad como Girardot está a la orilla del Magdalena, como puerto siga siendo casi lo mismo de antes, pero no respecto del crecimiento de esta ciudad que florece como si los imaginarios de los "Pelachivas" ahora se dedicaran a crecer y fructificar entre el cemento de las nuevas construcciones. Sí las cabras daban su leche para hacer de sus habitantes famosos no solo por su longevidad y su reproducción, o porque los indígenas a los españoles solo les dejaban el cuero de estas, ahora crece y atrae a más de uno.
Unas cuantas fotos y tres vídeos son el resultado de esta corta visita.
