Cajamarca
Como tantos otros municipios de Colombia no solo ha cambiado de nombre por las circunstancias históricas de sus primitivos pobladores, sino porque en el devenir cotidiano de los pueblos de generación en generación se han entroncado con otros que les ha hecho cambiar de sus lugares de origen como de los mismos nombres que los nativos les daban, y que así van cimentando el progreso de la historia en una sociedad como la nuestra que siendo colonizada por los españoles, estos le dieron unos nombres de acuerdo a sus orígenes indígenas, y otros a los de sus primitivas tierras españolas, y que en el imaginario colectivo, como resultado, hoy estos pueblos existen con costumbres que vienen desde esa época, y que en este caso su origen está formado por los arrieros antioqueños que se asentaron en Anaime, y cuya cabecera como corregimiento fue trasladada adonde hoy está, avalada por una ordenanza departamental en 1.916 en unas tierras compradas por el Obispo Ismael Perdomo de una dehesa de la antigua finca de Cajamarca, precisamente adonde estuvo antes Ibagué, y que por la belicosidad de los Pijaos, obligaron a los colonizadores para su seguridad, trasladarla adonde hoy está. Bajo el impulso de sus habitantes hoy es un municipio con una palabra castiza Quechua, que significa "Tierra Fría".
Más conocido como "La despensa agrícola de Colombia", queda cerca de dos de los atractivos turísticos del "Parque de los Nevados" como lo son "El Volcán Machín" y el "Volcán Nevado del Tolima", y por toda la publicidad que existe alrededor de estas formaciones naturales que dan cabida y son fuentes de formas de vida y especies naturales que solo existen en este hábitat, y que por el calentamiento global y el manejo extra limitado de la explotación del hombre con nuestros recursos naturales, conllevaron a ser inexorablemente en los mayores enemigos de todo ser vivo que existe sobre la tierra, que incluso se calcula que los tres nevados que son insignes por sus glaciares -Nevado de Santa Isabel y del Ruiz- para todas las formas de nuestras existencia, desaparezcan para siempre. Y qué decir, de la explotación minera, que en algo se parece a su homónima población minera en el Perú que está devastando con todo un ecosistema en la cordillera Andina de este país hermano. y que lo mismo podríamos esperar de la actual explotación aurífera de La Colosa en esta población, donde todo el ecosistema se vería afectado por los irremediables daños naturales, más la destrucción de una de las mayores fuentes de producción de agua dulce que son indispensables para nuestra subsistencia y las futuras generaciones humanas por venir. Ya sabemos de las consecuencias del recalentamiento global, e incluso se supone que las futuras guerras tendrán que ser por el control del agua dulce que es la que nos permite vivir, que incluso multinacionales en muchos países de América latina, incluyendo el nuestro, están comparando vastas extensiones de tierra previendo un futuro no muy halagüeño, ya que el mundo no cuenta con fuentes de agua suficientes para permitir la sobre vivencia humana. Y de eso se trata la trascendencia de esta población, sin siquiera comentar otras que ha tenido que soportar por la violencia que ha reinado en nuestro país, que ha hecho que sea una de las tantas más sufridas en esa confrontación interna que todos lo colombianos hemos tenido que soportar.
Del volcán Machín se sabe que en promedio cada ochocientos años explota, y que durante estos últimos cinco mil años ha tenido seis de estas, y que por su características lo hacen uno de los más peligrosos del planeta, razón por lo cual algunos científicos de la geología volcánica se opusiero a la creación del túnel de la linea, y que afortunadamente por fin fue inaugurado, ya que nuestros gobernantes solo han mirado el lado fácil de la comunicación entre el interior y exterior de nuestro país sin contar con que hay que prever una posible erupción que puede suceder en otro cientos de años; mientras que el volcán nevado del Tolima desde hace 3.600 años no hace explosión, y que por sus características de ser el más elevado de este parque natural, por su forma cónica culmina con un pequeño glaciar en su cumbre que la hace drenar en su parte alta, y que sirve para alimentar las cuencas de los ríos Totare, San Romualdo, Toche y Combeima, y que por todas estas características lo hacen único dentro del parque nacional natural de los nevados, y también a Cajamarca.
