La Plaza de Mercado de la 21

La Plaza de Mercado de la 21 desde que recuerdo siempre estuvo allí a pesar que por la década de los 50 del siglo pasado, estando muy niño iba a comprar los fines los fines de semana lo que se necesitaba para la comida de esos días. una plaza donde uno se entretenía estando muy niño, y que recordaba que en más de una ocasión algunos años antes frecuentamos en los días de mercado a un lado del Parque de Galarza y al frente de lo que fuera el paradero de la estación del ferrocarril, y donde hoy queda el terminal intermunicipal de transporte público, porque allí los vendedores de plaza de bizcochos, tamales, lechona y otras viandas, convertían estos días feriados en algo tan entretenido que para los adultos y sus hijos servían de esparcimiento en aquellos días donde no existía toda la parafernalias de los instrumentos de los medios de comunicación que han hecho de nuestro universo, un mundo global.

Era un espectáculo igual a la de los payasos con sus imaginerías circenses o la de los gitanos que llegaba a leer las manos y adivinar la suerte de los transeúntes que encontraban a su paso pero que la mal fama los iba alejando de nuestras realidades porque en esas creencias ya se sabía que algunos de ellos hacían de las suyas, y que tal vez en las tierras de Aracataca influyeron también en la obra inmortal de "Cien años de Soledad" de nuestro nobel García Márquez.

Como digo, recuerdo que al ir a la "Plaza de Mercado de la 21" uno tenía tenía que pasar por "El Parque de Galarza" o si iba desde desde el oro lado de la ciudad que como en el caso mío siempre viví en sus alrededores, pasaba desde la calle 16 o 17 entre carreras 3a. y 4a. por donde estaban los paraderos de los buses con todo el comercio poblado en este sector. El ferrocarril y la violencia de esos tiempos hicieron que en aquellas casonas que quedaban por esos lados, fueran los que forjaron el desarrollo de esta, que luego se hiciera su remodelación, y que al ir feneciendo el ferrocarril por el del transporte terrestre como fuente principal de movilización de carga y de gentes, dejara esta plaza como sede principal de mercadeo para los ibaguereños que vivíamos por esos lados, tal y como sucedió con "La Plaza de Mercado de Chapinero" que fue la primera que hubo.
Por la carrera 4a., aquel comercio entretenía, ya que era muy probable que se encontraran no solo a los comerciantes que venían de otras regiones a ofrecer sus mercaderías, y también a los que comúnmente llamamos "Culebreros" que mayoritariamente venían desde Bogotá lo mismo que la mayoría de vendedores mayoristas. Uno se quedaba lelo mirando las argucias de los que a su alrededor hacían sus gracias cuando comenzaba a hacer sus círculos, mientras mirabamos alguno de estos enrollaba unas hojas de periódico aduciendo que tan pronto terminara lo haría volar como un cohete, u otro metía un papelito en una el orificio de una bola de cristal que previamente había sido sacada por un loro pequeño y amaestrado bajo la orden de su amo, y que como urna tenía adentro lo que parecía ser una cabeza de algo parecido a la cara de algún brujo o de una persona en miniatura, y tal vez hecha artesanalmente de manera delicada, para que con el calor comenzara a reflejar la suerte que le esperaba al elegido por el loro o por su mano, y así iba apareciendo la leyenda de la suerte, escrita con tinta de limón o de alguna sustancia química que hacía que el tenue calor reflejara lo escrito como en los tiempos de la segunda guerra mundial o de mucho antes los libertarios se informaban de los planes que tenían para liberarse de los que los subyugaban, O si no, el que teniendo una culebra cascabel por la cabeza, mientras hacía que lo mordiera con sus colmillos a la que previamente se le había sacado el veneno, mientras todos lo veíamos incrédulos tal hazaña invocaba las oraciones invocadas bajo los espíritus de sus creencias llaneras o guajiras, recogía las monedas de los que lo estaban observando, diciéndoles que al colocar el casbal de la culebra los protegería de todos los que le querían hacer algún daño logrando que el agua nítida se enturbiara y quedara nítida. Monedas que así rezadas serían vendidas a los incautos, o también las de los otros se quedaban esperando que el aparente cohete hecho y dejado sobre el andén, en qué momento volaría.
El movimiento de los transeúntes que iban y venían de toda la ciudad, así como el de los buses que entraban y salían, o como en la calle 19 se podía amanecer tomando tinto o libando cualquier licor por los parroquianos de la vida nocturna, que en la madrugada o al amanecer se iban a los restaurantes que había por la carrera 3a. a comerse el correspondiente caldo campesino, tal y como en Bogotá y seguramente en muchas ciudades de Colombia también se hacían cosas a los lados de las plazas de mercados.

Después, o en medio de todo esto, se hacía el respectivo mercado comprando el pescado en los camiones que llegaban con los nicuros, bocachicos, o bagres, que se apiñaban por la calle 20 con 4a.y diagonal adonde está la estatua de Jorge Eliécer Gaitán, o se compraba la carne y demás cosas para el mercado en todo el sector.cosa, y que si se dedicaba a merodear todo lo dicho antes, bien pudiera haberse pasado del medio día de una ciudad que estaba creciendo.

Y todo esto, así sucedía mientras el mismo tiempo iba cambiando. Así ha sido la vida de esta plaza de mercado. Los negocios son otros, y es probable que cuando se construya "El Nuevo Terminal de Transporte en Picaleña", todo esto, como el comercio de todo el sector incluyendo el de del barrio de San Pedro Alejandrino, a la vuelta de unos pocos años no sea lo mismo.

Mientras tanto los invito a disfrutar el vídeo siguiente que refleja el último día del año que se fue del 2.016 en esta plaza que también es considerada un símbolo de Ibagué.             
     
   

Botones de mis redes sociales
siguenos en Google+ siguenos en facebook siguenos en Twitter Canal de youtube Sígueme en Likedin