La Catedral de Ibagué


La Catedral de Ibagué llamada así coloquialmente por los ibaguereños porque es donde el obispo oficia la misa a los devotos católicos, y por ser la capilla principal  de la Arquidiócesis de Ibagué que se conoce públicamente como Catedral Primada de la Inmaculada Concepción de Ibagué  que alberga la estatua de la inmaculada de Murillo traída de Barcelona en 1.915 por el padre Jesús A. Calvo, y que está en el sitio en que los españoles en 1.551  celebraron la primera misa en una capilla sencilla llamada por estos Murrapo, que con el tiempo sería destruida por un rayo y luego por un terremoto hasta que en 1.926 Monseñor Pedro María Rodríguez Andrade emprende la construcción del templo de la Catedral construyendo columnas y arcadas que se fueron a pique en las postrimerías del mismo año. Para 1.930 reemprende su labor reconstruyendo las columnas y capiteles, las arcadas de medio punto con bóvedas ornamentales,  y asesorado por el maestro italiano Pedro julio  D Archiardi que le dio en cuanto al arte el estilo romántico que es precisamente el eclecticismo aplicado en la construcción de este monumento tolimense.

Luego ha tenido otros aditamentos  como la de 1.930 cuando recibió el reloj donado por parte de la colonia antioqueña, y también la misma construcción de cal y cemento que hizo Monseñor Rodríguez se reforzó con hierro y cemento sin dejar que perdiera lo hecho hasta que en el 2.000 se construyó con mármol de Carrara el presbiterio, o el espacio que hay alrededor del altar mayor, obra dirigida por el ingeniero Andrés Roncancio. Lo mismo se puede decir de la estatua que se colocó en la fachada de la torre eclesiástica en homenaje de Juan Pablo II y elaborada por el maestro Enrique Saldaña, como agradecimiento a la embajada de Polonia por la visita que hizo al territorio del Tolima en 1.986 con ocasión del recuerdo de las víctimas de Armero provocadas  por la erupción del volcán nevado del Ruiz, el 13 de noviembre de 1.985.