Las ciudades que queremos*


Ayer, curiosamente tuve la oportunidad de ver, una actividad de la Alcaldía de Ibagué sobre el festejo de los niños. Me sentí muy a gusto, a pesar de las situaciones incómodas que algunos vivimos, pero que hacen trascender a los que participan en estas actividades, porque al fin y al cabo son parte de lo que queremos de una ciudad. El disfrute en esos años, son los que preparan a los hombres del futuro, y las generaciones siguientes que son las más importantes para salvaguardar el medio ambiente, que nos permitan trascender en los próximos años, cuando ya sabemos que los nevados desaparecerán dentro de poco tiempo, y que el agua dulce que estos producen, si no la conservamos, según parece dentro de unos pocos cientos de años, esta región será una de las más secas de América. Ya se sabe que hay transnacionales que están comprando extensas porciones de tierras en otras regiones en previsión del futuro que nos espera, si no preservamos la naturaleza y la vida. Y claro que tomar un video en medio de la alegría de padres de familias y de algunos vecinos que en cierta medida uno pareciera ser para algunos otra persona que no es, entonces  como llega un poco desorientado por unas cuantas cervezas, y los que saben muy bien de estos trabajos tan, tan, y que curiosamente otros sabían en otro sector, lo que sucedía, entonces uno toma la ocasión de forma personal. Y no. Contra ninguna persona en particular ni con los ladrones que me han robado y amistades que me han vituperado. Tan poco somos megalómanos. Somos ciudadanos comunes y corrientes. Disculparán que algunos varios de estos se hayan ofendidos o incomodado por los vídeos que tomé, pero qué hacemos, si estamos viviendo desde hace un año extrañas circunstancias de seguido que no se las deseamos a otros, y no queremos que nuestros hijos lo mismo que los hijos de estos que los hacen, vivan lo que algunos hemos soportado y tenido que vivir en medio de extraños trabajos de sicología por algunos de estos. 

Vulnerar a otro sicológicamente en medio de otras circunstancias de carácter personal, y en donde los comodines que se usan como en los juegos de las cartas, hacen mella en la tranquilidad que todos quisiéramos tener. Nunca se sabe qué clase de persona es alguien, para los demás. Pero no nos engañemos. Ciudades así, no las queremos. Y claro que estas circunstancias las estamos viviendo a consecuencia de las desigualdades económicas, y mucho más para los que hemos tenido que soportar muchas  afrentas personales de maneras suigeneris desde muy pero muy jóvenes, como si se fuese un enemigo publico, y en donde mediante estas actividades, uno se da cuenta que es a propósito, como si estuviera en un país desconocido, y le quisieran hacer daño. Y puedo estar equivocado. No es tan difícil, desequilibrar a otro.

Y claro que esto no es para promocionar a algún político de turno, si no para compartir que esos eventos son importantes, y en hora buena para los grupos políticos que lo hacen. Para los que andamos solos, y hostigados por las vigilancias, y que además constriñeron para que pudiera seguir haciendo la labor en la venta de las bisuterías por las calles,  y en las que más de 50 años vendí, por lo menos un buen rato sería muy bueno y desestresante. Pero es que constreñir, y pretender estar instigando, y además vigilándonos como si fuésemos sus bichos raros, no. 

Felicitaciones a los que patrocinan esos eventos. Que un político llegue a ocupar altos cargos en la administración patrocinando también la cultura ciudadana, está bien. Y también que siendo uno de los que llegó, gobierne para todos y no para unos pocos, sería mucho mejor. 

Todavía le agradezco a la vida, por andar cuerdo.

Feliz día, si se puede.

*Este blog quería seguir publicando sobre leyendas de la cultura del Tolima, pero creo que tendremos que esperar.