Ibagué hoy

Una ciudad acogedora que todavía lo es a pesar de los cambios que ha tenido, todavía sentimos que es un pueblo grande como en antaño decíamos, porque al fin y al cabo los imaginarios siguen siendo los mismos,  y su gente continúa con las costumbres tradicionales que nos dejan perplejos a pesar que la radio y la televisión han cedido sus espacios de influencia ante el avance del Internet y las redes sociales que influyen en la mentalidad de los jóvenes y de todo el mundo, y que son las que mandan en el transcurrir de la cotidianidad de la sociedad, que a veces creemos que vivimos en la Ibagué de los años sesenta y siguientes, y antes del 2.000. A pesar que como en Bogotá y las grandes urbes del mundo, ya vemos que en los barrios por la misma extensión de la urbe, lo mismo que el crecimiento de sus habitantes obligan a que se estén desarrollando más centros comerciales y que existan de hecho un sin número mayor de comercios para satisfacer las necesidades y los logros que ha conseguido con esto, así también los peligros que engendran las actuales metrópolis, y que se dan por el consumo de drogas, por el alto grado de descomposición social y el uso indebido del medio ambiente a que nos ha llevado nuestra responsabilidad social con destruir nuestros recursos naturales de la flora y la fauna silvestre debido a la expoliación desmesurada de los recursos naturales y mineros que son también las otras fuentes primordiales para el sostenimiento del estado y las necesidades económicas, de salud y bienestar de la población enmarcados dentro de lo que llamamos a cuenta del actual gobierno de la famosa paz total que tanto necesitamos con el advenimiento de principios del siglo XXI.

Ibagué a pesar de todas estas transformaciones sigue con los mismos imaginarios pueblerinos de los que tanto nos hemos distinguido con las mismas castas políticas que hemos tenido y con las mismas falencias de antaño. En términos generales no ha cambiado mucho. Las falsas raigambres siguen presentes, lo mismo que las tradiciones humanas de nuestra identidad como acopio de cultura permanece casi inalterable, así otros digan lo contrario con el advenimiento de mentalidades malsanas que son una minoría. Así es Ibagué hoy.
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