Ríoblanco

Ríoblanco

"Antes que me hubiera entusiasmado por mujer alguna, jugué mi corazón al azar, pero me lo ganó la violencia". Así es como Arturo Cova al comienzo de La Voragine de José Eustacio Rivera, nos va contando su aventura con Alicia tras su huida de Bogotá, y su travesía por los llanos de Casanare hasta internarse en la selva huyendo de sus perseguidores que lo querían llevar a la cárcel y de los fantasmas que lo acosaban, y que concurren de manera parecida en la fundación de este municipio relativamente nuevo del Departamento del Tolima con el asentamiento que hicieron en 1.902 los señores Nicolás Quiroga y Jorge Pérez que se establecieron respectivamente al sur y al norte de las riberas de este río en 1.902 luego que desde 1.897 diferentes grupos de hombres llegaron descuajando montañas y abriendo trochas siguiendo las riberas del río hasta su desembocadura en el torrentoso río Saldaña, y aunque refleja la denuncia por la esclavitud y explotación de los caucheros en el Putumayo en los siringales de la amazonia, su fundación surgió luego de las muchas aventuras de los que huyendo de La Guerra de los Mil Días campesinos y labriegos, así como las de los indígenas de caucanos, fueron apareciendo hasta que un día de aquel remoto tiempo y de manera organizada, salió  también de Chaparral una expedición integrada por los señores Abraham Caicedo, Marcelino Hernández, Absalón Ramírez y veinte personas más, atraídos por los altos precios que tenía la quina en el mercado internacional, y desbrozando la selva virgen, se adentraron durante más de tres años por las riveras del Rioblanco, hasta su desembocadura en el Saldaña, explotando paso a paso aquel producto que se daba de forma silvestre, lo mismo que aprovecharon el látex extraído de los árboles Hevea brasiliensis, y que convertidos en bolas de caucho que pesaban más de ocho arrobas las llevaban por el río Saldaña en ocasiones hasta Ataco, o también por trochas peligrosas hasta salir a Chaparral u Ortega sin pensar en fundarla.

Por los peligros que existían en estas montañas dado sus condiciones selváticas los primeros en llegar siempre lo hicieron en grupos para cuidarse de los animales salvajes que como el puma o las serpientes o los peligros que entrañaban perderse en esas lejanías donde seguramente mientras unos llegaban para apropiarse de los frutos de la Quina y del Caucho, otros ante el desborde de la explotación que terminaron por acabar las fuentes de esas riquezas naturales, comenzaron a llegar con el fin de colonizar estas tierras, tales como Francisco Hernández, Acisclo Vargas, Pablo Oliveros y Fermín Reinoso en aquella ruta que ya había sido trajinada por los tres hermanos Caicedo que venían también de Ortega cargados de sal, panela, espermas, fósforos, y otros productos necesarios para sostenerse internados entre la espesura del monte para conseguir los  anhelados productos hasta cuando Nicolas Quiroga y jorge Perez como se dijo antes, de común acuerdo hicieron sus linderos descuajando la montaña y sembraron cultivos de yuca, plátanos y maiz,  construyeron sus primeras viviendas sobre zancos para protegerse en los zarzos de las fieras y los animales salvajes, haciendo potreros para los animales que no tardaron en aparecer, mientras que fueron llegando otros a establecerse construyendo parcelas, y que a diferencia de "La Voragine" de Rivera adonde los personajes que se los tragó la selva, estos nuevos colonos llegaron con el fin de rehacer sus vidas buscando la paz luego de que muchos hubieran participado en la guerras que empobrecieron  a miles de compatriotas y que como consecuencia de esto Panamá terminó por independizarse bajo la protección de los marines norteamericanos.     

Por los peligros que existían en estas montañas dado sus condiciones selváticas los primeros en llegar siempre lo hicieron en grupos para cuidarse de los animales salvajes que como el puma o las serpientes o los peligros que entrañaban perderse en esas lejanías donde seguramente mientras unos llegaban para apropiarse de los frutos de la Quina y del Caucho, otros ante el desborde de la explotación que terminaron por acabar las fuentes de esas riquezas naturales, comenzaron a llegar con el fin de colonizar estas tierras, tales como Francisco Hernández, Acisclo Vargas, Pablo Oliveros y Fermín Reinoso en aquella ruta que ya había sido trajinada por los tres hermanos Caicedo que venían también de Ortega cargados de sal, panela, espermas, fósforos, y otros productos necesarios para sostenerse internados entre la espesura del monte para conseguir los  anhelados productos hasta cuando Nicolas Quiroga y jorge Perez como se dijo antes, de común acuerdo hicieron sus linderos descuajando la montaña y sembraron cultivos de yuca, plátanos y maiz,  construyeron sus primeras viviendas sobre zancos para protegerse en los zarzos de las fieras y los animales salvajes, haciendo potreros para los animales que no tardaron en aparecer, mientras que fueron llegando otros a establecerse construyendo parcelas, y que a diferencia de "La Voragine" de Rivera adonde los personajes que se los tragó la selva, estos nuevos colonos llegaron con el fin de rehacer sus vidas buscando la paz luego de que muchos hubieran participado en la guerras que empobrecieron  a miles de compatriotas y que como consecuencia de esto Panamá terminó por independizarse bajo la protección de los marines norteamericanos.     




Lo mismo podemos decir del actual corregimiento de Herrera que fue fundado el 22 de agosto de 1.931 con el apellido de personajes ilustres como el del Arzobispo Hernando Herrera, el del General Benjamín Herrera y el del Presidente de la República Enrique Olaya Herrera que al momento de su fundación regía los destinos del país, en los terrenos de una hacienda que fundó el 15 de agosto de 1.911 don Alfonso Ríos que con otros como Mario Osorio, Antonio López y su madre Marcelina López, Fabio Molano, Severo Molano, los hermanos Vásquez, Eleazar Ocampo, Pedro Calderón, Juan Vásquez, José de la Cruz Bonilla, Crisostomo Diaz y algunos más que también migraron como consecuencia de la misma guerra en una altiplanicie donde existió una gran población indígena posiblemente de los Pijaos que huyeron de la derrota que les infringió don Juan de Borja, que dejaron como constancia de su existencia las piedras de moler para preparar sus alimentos regadas por doquier en todo el territorio, población que es hoy considerada como el pulmón hídrico del Tolima. Es así que cuando todavía Ríoblanco era corregimiento de Chaparral, mediante el oficio # 44 de 1.931 del concejo municipal, el personero hizo el acta de la fundación de Herrera adonde incluía el trazado del caserío incluyendo dónde y en qué cuadras quedarían los sitios preponderantes de la administración estatal, el de la iglesia, la plaza pública, el parque principal, y todo lo relacionado con la distribución de sus calles y los linderos que los separaban del actual municipio.

Con el progreso  del incipiente caserío de Ríoblanco y la llegada de Epifanio Reinoso, Patrocinio Suarez y el empuje de los nuevos colonos que llegaron con la presencia entre otros del sacerdote Heliodoro  Perdomo que consigue los servicios de los vecinos Julio Páez Evangelista Nieto, Vicente Lozano y demás moradores para demarcar el poblado, conformar las calles, y señalar el lugar para la parroquia que donó don Jorge Pérez en la margen sur del río mediante una asamblea de moradores, así como lo hizo con la traída de las semillas de café que incentivaron el crecimiento del desarrollo económico que muy pronto ante la lejanía de Chaparral y a su incapacidad para ejercer sus funciones administrativas y gubernamentales, de común acuerdo tal y como nos lo cuenta "la historia del municipio de Ríoblanco" el portal web de la alcaldía, los moradores de común acuerdo con los políticos en la Asamblea Departamental del Tolima lograron que se aprobara la creación de este municipio en medio de la oposición de un diputado que sabiendo que la mayoría de sus habitantes eran seguidores de Jorge Eliecer Gaitán no quería que se procediera a la separación de Chaparral hasta que mediante ordenanza 11 de 1.948 se reconoció la aspiración de la mayoría de la gente que quería fuera elevado a la categoría de municipio para así hacer valer sus derechos como entidad que ejercería su propia administración gubernamental en beneficio de su gente.

La violencia de la que nos habla Jorge Eustacio Rivera en la boca de su personaje en La Vorágine. pareciera que en esta región tal y como ha sucedido en el sur del Tolima fuera la consecuencia de los enfrentamientos que a través de toda nuestra historia los dirigentes de los grupos políticos por su interés en la apropiación de tierras, y ejercer su dominio por encima de los intereses comunitarios de la población, luego de la violencia a raíz del asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, frustraría intempestivamente el sueño de sus fundadores.
Y sin embargo, continuó abriéndose el camino en la proyección de un mejor estatus económico y social en medio de los otras formas de violencia que aparecieron en el sur del Tolima cuando el gobierno de Rojas Pinilla decretó La guerra contra Villarrica y más tarde el de Guillermo León Valencia que declaró la conflagración contra las mal llamadas Repúblicas Independientes que lo mismo que sus antiguos fundadores hicieron para sobrevivir, estos se vieron obligados a vivir entre la confrontación como sociedad civil, y donde nuevos integrantes de grupos armados de diferentes orientaciones políticas surgieron que hasta el día de hoy, luego de los recientes acuerdos de paz que hizo el gobierno con los grupos alzados en armas de las FARC, continúa con su anhelo de paz para que las nuevas generaciones gocen de los anhelos de libertad que siempre han querido para satisfacer un mejor bienestar social, en una población que por su ubicación geográfica debe ser merecedora del atractivo que tiene al ser parte de las áreas protegidas del Parque nacional natural de Las Hermosas y del Parque nacional natural Nevado del Huila   que están amenazadas por el cambio climático, producto de la tala de bosques y la destrucción de las especies vegetales y animales, en detrimento del desarrollo económico, hoy parece revitalizar los anhelos de estos pobladores por vivir en armonía social entre ellos mismos y con la naturaleza como guardianes del ecosistema al que pertenecen, para que la historia de los enfrentamientos que se dieron en la región,  no se repitan por cuenta de los desmanes que hemos tenido y las desigualdades sociales por la mala distribución de la riqueza. Un municipio que emerge para hacer de la sociedad, el mejor ejemplo de desarrollo económico y político en bien de todos los colombianos.  


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