- Al cementerio.
- Son perratas, dirían algunos de estos mismo personajes de calles.
Aquel amigo, o aquellos con los que anduvimos parte de nuestras vidas, o la de familiares que haciéndose los desentendidos nunca se enteraron de todo un complot gestado por las calles en Bogotá y luego aquí, y aunque comenzó en Ibagué, y en apariencia de que todo era por lo que escribía o por otras cosas que nuestros falsos imaginarios e inquisidores de turno crean para sus fines perversos y delictuosos. Se inventan sus delitos, y a cuenta de sus rumores por las calles se termina perseguido y hostigado a donde vaya. Esto son apenas algunos apuntes y esbozos de lo que el autor cree que debe contar de lo que sucede en las penumbras de las realidades de otros que a punta de sustos y amenazas muy disimuladas, constriñen, haciéndose los locos, porque si uno se muere, qué. No pasa nada. Uno es el loco, según esos imaginarios que hemos forjado, en vez de cimentar los valores por el respeto humano y de la defensa de nuestra identidad cultural. Ni de política ni religion ha versado este blog, porque ha sido creado para el disfrute y conocimiento de nuestros origenes, pero que el autor debido a estos percances, ha tenido que escribir sobre temas que no había querido tratar, sino que las circunstancias ante el descaro de lo vivido en este poco lapso que llevamos en esta bella ciudad acogedora, qué ya creo, estoy cambiando de opinión.
Sí. Psicosis es la que han querido crear. Uno de los tantos amigos que tuve de joven, aclarando que el autor ha vivido solo durante muchos más años que cualquiera pueda imaginar, debido al estado sicelógico a que ha sido sometido durante años de años, su vida ha sido como la de los ermitaños, porque sus únicos amigos en gran parte han sido los libros, y la clientela que a bien durante años me ha sostenido. y hasta miles porque por muchos años anduve en los buses dando conferencias. Y no, nos la damos,
- ¡Sapo! Gritan por esas calles enhiestas, personajes que esta sociedad ha forjado.
Y no se cansan de hacerlo, mirando a ver qué otro festín se inventan.
Algunos videos que he tomado desde hace casi 10 años, los he dejado a propósito en You Tube y en este blog, porque no son más que el descaro de hacerle una vida inviable a una perona para desacreditar y ofender, así como en las redes sociales algunos también lo han hecho, y que a finales del año pasado, o comienzos de este, tuve que cerrar como dije, Facebook, y que ahora, sí lo revisan podrán darse cuenta, que la lang page que quiero elaborar aparece en árabe. Y no es porque uno lo quisiera, si no por el conjuro de estos imaginarios falaces, y claro que nos podemos equivocar, pues nunca me he puesto a investigar a fondo el manejo de estas redes sociales en donde se ocultan también delincuentes con identidades falsas. Ya lo hemos vivido, y sobre todo en esta ciudad. Pueblo pequeño, infierno grande.
No será, que detrás de todas estas historias, en las que los imaginarios han venido tratando de construir a su amaño realidades que parecen de fición, existe algo anormal. Se me olvidaba que aquel amigo me contaba cuando los jovenes creían cualquier clase de historias, que en la época que lo Estados Unidos tenían el control del Canal de Panamá, era vox populis que los trabajadores panameños casi nunca se pensionaban con esta empresa, porque se morian antes. Lo mismo que hablan del Sindrome de la enfermedad de la Habana a los funcionarios de la Embajada de los Estados Unidos y Canadá en la Hábana, y ahora en Colombia a los funcionarios de la Embajada de los Estados Unidos . Extraños trabajos de inteligencia muy sutiles, que adonde se vaya, van creando la zozobra, mientras van trabajando y aplicaando las nuevas tecnologías de que disponemos por parte de estos trabajadores sicóticos. Brujos para el común de las gentes. Y sobre todo a una persona del montón.
Digo yo, estos son más dementes que los mismos que enloquecen. Sin oficios, se inventan los suyos, lo mismo que los emprendedores. A mi me ha pasado esto desde niño, que incluso hasta brujas he conocido con sus historias perversas, y otras que parecían extraídos de esas novelas que apestan con solo ojear su contenido, porque seguramente algo se creen que soy. A cualquiera no le suceden estas historias, y menos que lo busquen para contarles estas leyendas de sindromes mentales, y menos que adonde vaya le recuerden que cerca del Alfonso López en Bogotá lo intentaron matar luego de un atraco, y del casi robo del cambio de un apartamento por una casa destartalada, más el encime por cuenta de un funcionario de la Brigada de Tunjuelito al sur de Bogotá de esa época por la permuta de un apartamento por una casa, mientras un agente de la ley ya muy mayor, se burlaba contándo quiénes habían sido. Un país de películas en donde los actores pueden terminar muertos. El que pega primero pega dos veces, me decía el amigo que digo, y resulta que en una madrugada que me acompañó a coger un bus rumbo a Purificación para dar unas clases en Prado; en Picaleña, el encargado de señalizar e impedir que los carros pasaran cuando pasaba el tren que todavía funcionaba como carga, o algo así, no puso la señal, y el chofer que manejaba el auntomotor, apenas pudo girar la cabrilla porque no existía el tal pare o aviso, y lo único que hizo porque no podía frenar aquel bus en seco, fue dar el cabrillazo para evitar la tragedia de los que íbamos en este, luego el explote de una roca en la carretera praduna cuando los alumnos estaban en deportes, sin que los encargados lo informormaran y en en donde casi pierde la vida uno de sus alumnos, o la carrocería que casi se desprende de un camión de un tío cuando iba en esta. Un país de películas, aunque pudieron ser puras coincidencias, de que algún avieso informara sobre esto del tren y el bus. Al año siguiente, en Picaleña en plena clase de educación fisica con los alumnos, tal y como lo dije antes, un policía parcticaría tiro al blanco en la misma localidad al año siguiente, y que le ha pasado también al personaje que digo, en unos escritos que por ahí rondan, y todo esto en menos de un año.
- Estás loco viejo. Por qué no te mueres, oí que alguien dijo por ahí, para evitarnos problemas.
Eso, se lo dijo un vecino de ojos azules o algo parecidos, a "El Embrujado" en sus aventuras cercanas de donde y vivía, y al que siguió viendo por algunos años, enseguida de donde vivía.
Yo, como este, estábamos inmersos en esos extraños sopores mentales, con que algunos utilizan para desequilibrar a las personas, y así obligarnos a pensar que estamos siendo amenazados. Algo parecido a las historias de Crónicas Gendarmes.
Como aquella vieja canción de José Alfredo Jiménez:
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