Otro cumpleaños de Ibagué

Cumpleaños de Ibagué.

El 14 de octubre de 1.550 fue fundada la ciudad de Ibagué, tal y como lo dijimos en otro cumpleaños hace dos años, y que desde luego muchas cosas han sucedido desde ese entonces, que incluso la misma vida del que lo escribe también ha cambiado por esos imaginarios que a diario vivimos a cuenta de otros, en una ciudad que creíamos era un vividero, y que dentro de ese poco transcurso de tiempo, a veces uno creyera que está en otra muy diferente a la que conocimos de jóvenes y a la que imaginábamos. Digamos, y no sé si muchos como en el caso del que escribe estas líneas, y a pesar que desde que regresó obligado a la ciudad en donde nació, tras muchos años de residir en otros lugares, ha visto cómo su propio imaginario personal por cuenta de esos aciagos trabajos de terapeutas que como si fueran dioses, han salido a hacer sus extraños trabajos maquiavélicos de sicología, en donde muy sutilmente otro con sus propósitos mal intencionados, afirma como para que lo escuche:

- Ahí viene, la víctima.

Y ve como una vecina entre abre la puerta, como respondiendo a una situación que el autor comenzó a vivir desde muy joven y desde niño, pero que estos que saben y siempre hacen esos tipos de trabajos contra una persona, y así para poner a hablar solo a su víctima, o a que despotrique en esos estados mentales cuando el autor se toma una cerveza o ha vivido una conmoción aleve y continua y personal,  y a sabiendas que fue bien recibido recién llegado al sector, con actos sutiles con que atormentan a sus bobos digo, por no decir otra cosa; y en donde uno siempre sabe que por las calles han tejido muchas historias por estos desde hace más de 50 años, que le recuerdan que una vez en Picaleña por la década de los setenta, un agente policial, practicó tiro al blanco, justo cuando era profesor en una escuela que todavía existe sobre la carretera de la Panamericana, cuando los alumnos hacían deporte en una explanada que también todavía está, y que terminaba en una arborizadora, mientras las balas pasaban por lo alto y muy cerca, sin entender nadie ni los profesores qué pasaba. Sí.

Entonces  oye cómo abren una puerta, y un ser querido aparece; y aunque las palabras que acaba de escuchar, pueden ser puras fabulas de otras historias muy diferentes, los que hemos sufrido toda una serie de percances y situaciones de extraños montajes por cuenta de otros, nos la creemos, pues no en vano desde que llegó de vivir en otro lugar, pareciera y comprueba que siempre se ha urdido un extraño complot contra el que escribe, como si de verdad fuese un enemigo a donde ha llegado a vivir, o a donde va. Y claro que hasta por el WhatsApp a altas horas de la noche aparece otra llamada desconocida con una foto y de la que antes escuchó que iban a poner, qué si ya la tenían, y como informándole de lo que iba a suceder,  para reforzar y aumentar la zozobra. Y no. Ha sucedido así en Bogotá, también recién llegado a vivir en un barrio del sur de Bogotá, en Catia La Mar, municipio Vargas, Venezuela, y en tantas otras partes que ya el autor, además de perder la cuenta, ha comenzado a creer que no es él, si no otro, como si en verdad fuese un delincuente. Lo comenzó a vivir desde muy niño, y seguramente podría escribir una novela sinfín con todo lo que ha sucedido. Y todo posiblemente a cuenta de esos imaginarios que hemos forjado, pues se entiende ese tipo de trabajos trasnochados, que solo ameritan a que fuese un rufián, un político en trance a cuenta de otros, o simplemente un payaso para estos personajes. Y claro que el que escribe ha vivido circunstancias que van más allá de esas sutiles bromas que a veces se inventan estos personajes, pero que han sido constantes y permanentes, como si fuese un complot de alguna autoridad que tras bambalinas algo quiere conseguir.

Así se va entendiendo que nuestras ciudades son complejas, e iguales a las que ha vivido Ibagué a través de los años que lleva de fundada. Su solo nombre nos recuerda al cacique que recibió a manos llenas a los conquistadores que acompañaban a Andrés López de Galarza, y cuya historia está contada en en este mismo blog y que convencido que se irían pronto, terminó muerto a manos de estos, y a quien con su nombre le dieron el nombre de la ciudad, o como el de la cacique Dulima de donde proviene el nombre del Tolima, que quería decir Río de Nieve, y de quien se dice, era una sacerdotisa o Mohán que cuidaba un santuario religioso en la cercanía del cerro o volcán Machín, pero que a los españoles que solo iban por el oro que pudieran tener estos, la encadenaron y trajeron hasta Ibagué y la incineraron viva a cuenta de sus creencias. No hay que olvidar que desde que Cristóbal Colón piso tierra en la isla Guanahani y convencido que era la India, ya tenía sus intenciones de esclavizarlos, y que ello no obsta para despotricar sobre estos hechos históricos,  porque hace parte de ese hilvanar de acontecimientos que debemos conocer para no volver a repetirlos, sino para reconocer nuestras propias debilidades en el desarrollo y formación de nuestros pueblos, que a pesar de esos cruentos acontecimientos que ha vivido la humanidad en medio de los saqueos y vandalismos  por otros pueblos dominantes, o como los han llamado los historiadores acerca de los conquistadores para consolidar sociedades diferentes, lo mismo que los romanos hicieron con sus subordinados, o las de los mahometanos y tantas otras sociedades con leyendas de las que somos parte como naciones del mundo occidental, solo podemos superarlos si hacemos que por lo menos las futuras generaciones reconozcan de dónde provenimos, y así abrir el camino para el mismo futuro como ciudadanos y como defensores del medio ambiente, y de la vida, y que por lo menos reconozcamos que nuestros hijos y futuras generaciones no sucumban a cuenta de estos imaginarios que tanto daño han hecho contra sus mismos semejantes, y a la sociedad en general.

Este festejo, seguramente que redunde en otros más, en el que esos imaginarios malsanos no pelechen; porque esas no son las ciudades que queremos; sino que las formas sociales de vidas redunden para un futuro mejor de las futuras generaciones. 

Siempre es bueno releer lo escrito hace dos años en este mismo blog, haciendo Clic aquí.